Rosalía de Castro
Castalia
Madrid, 1982
Antes de ayer Google, que está en todo, nos recordaba la fecha de nacimiento de Rosalía de Castro: el 24 de febrero de 1837.
Hacía bastante tiempo que don Juan no visitaba a Rosalía, de modo que le pareció un buen motivo para ir a verla. Gracias, Google.
Rosalía fue hija de cura. Quizá ese estigma (entonces lo era), las circunstancias en las que se crió, un matrimonio probablemente no muy feliz, la mala salud... y una posición en el mundo un tanto conflictiva (como mujer, como poeta, como gallega) hicieron que su vida no fuera fácil, que estuviera habitada frecuentemente por la "negra sombra" y que el suicidio la tentase a menudo (al menos en el papel).
En Galicia Rosalía de Castro es una figura descomunal, un mito: no en vano ella sacó a la lengua gallega de la postración en que vivía desde la Edad Media y, con sus versos, dotó a sus paisanos de la conciencia de sí mismos y de su propio valer. En el resto de España no es ni mucho menos así. Sin embargo, Rosalía es una poeta enorme también en nuestra lengua, y este libro, una verdadera hermosura. Léanlo ustedes: Rosalía, tan romántica como Bécquer, igual de accesible, es, al parecer de don Juan, mucho más honda.
El ejemplar de la foto está descatalogado; a don Juan le costó 340 pesetas. Pero pueden encontrarse otros, por ejemplo, el de Cátedra (edición excelente de Xesús Alonso Montero), a poco más de ocho euros.
He aquí el poema 13 de En las orillas del Sar:
13
Sedientas las arenas, en la playa
sienten del sol los besos abrasados,
y no lejos, las ondas, siempre frescas,
ruedan pausadamente murmurando.
Pobres arenas, de mi suerte imagen:
no sé lo que me pasa al contemplaros,
pues como yo sufrís, secas y mudas,
el suplicio sin término de Tántalo.
Pero ¿quién sabe...? Acaso luzca un día
en que, salvando misteriosos límites,
avance el mar y hasta vosotras llegue
a apagar vuestra sed inextinguible.
¡Y quién sabe también si tras de tantos
siglos de ansias y anhelos imposibles,
saciará al fin su sed el alma ardiente
donde beben su amor los serafines!
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